EL ENTIERRO DEL RECUERDO AMOROSO

 

EL ABOGADO MONOMANIÁTICO. EL ENTIERRO DEL RECUERDO

Para mi querida edelweis, de tu aventureRo que te quiere más de lo que crees, y que lamenta tu absurda SITUACIÓN EN MEDIO DEL CAOS DEL MALTRATador DE TU MARIDO.   apenado.  A.soms

19 horas. ATARDECER EN EL PUERTO DE PALAMÓS

Sentado en la terraza del Bar del puerto, el más cutre, el más auténtico, MARIMÓN todavía aturdido por el sueño del gallo aquel de cinco patas y rabo de lagarto,  y la pluma hallada, pidió otra cerveza y una ración de gambas rojas que devoraba con tal fruición que  hasta se comía sus antenas. Aquel viejo pescador amigo de tantas y tantas correrías, le había dicho que era la parte más afrodisíaca. Y seguía su lección al pie de la letra, comiendo y bebiendo más solo que la una, pero no se sentía mal, divagaba mirando el cielo. De repente una gaviota de lanzó en picado para atacar a un gato al que acabaron devorando toda una bandada.  Pepe, el camarero, salió alarmado. ¡Cada día pasa lo mismo, siento terror a las gaviotas¡. ¿Cómo se llama el estúpido aquel que escribió Juan Salvador Gaviota?.  Tienes razón algo extraño está pasando, siempre las procuro evitar. Sabía que lo había escrito Richard Bach, nunca lo había leído y por no parecer un pedante engreído de dijo que no tenía ni idea de quien era el escritor

De repente, unas nubes grises hicieron acto de presencia. Le vino el recuerdo de su amada Esther , no podía dejar de pensar en ella , sus increíbles tardes amándose intensamente, mejor imposible, en aquel hotel tan divertido, con los gemidos de las otras habitaciones como sonido de fondo, como un himno del placer;  era una obsesión compulsiva irrefrenable, pero ante el hándicap de su marido, el tal Jose,  un celoso acosador de aúpa –ella negaba la evidencia como víctima de Estocolmo que era- ,  pero la realidad era la que era:  juntos lo sufrieron en una comida en la plaza Artós, tras un romántico paseo matinal soñando despiertos gozando de la belleza del viejo Sarriá, con el teléfono echando humo constantemente -¡llámame, llámame, o avisaré a mi hermanito llámame, cógelo…¡.  Sé con quién estás , con el abogado ese, el tal ... -  que acabó siendo indigesta y tuvieron que cruzar toda la Diagonal andando para mitigar su angustia insoportable. El marido furioso   de odio incluso le quería amenazar sutilmente, llamándolo para exigirla que le explicara quien era… increíble pero cierto, y por ello -odiaba la violencia-  vivía con temor y andaba por las calles con un periódico antiguo en forma de porra dentro  de su abrigo.  Reconocía que casi daba por perdida aquella relación que aspiraba a que fuera estable y duradera, harto de estar solo con su sombra ,  de sus bastantes aventuras sexuales de Tinder de aquí te pillo y aquí …. Y luego el vacío.  No recordaba un amor tan verdadero como el que sentía por Esther. Marimón  luchaba a muerte consigo mismo, como mono maniático que era , para intentar enterrar el recuerdo de su querida , víctima cándida y atrapada por el materialismo vulgar del aquel pisito.  Hasta le había reprochado  - inducida por el  monstruo granadino de boca retorcida por el odio y el rencor - que él tuviera un interés oculto por su cuñada,  era tal su indignación que aún sentía dolor en su ya jodido estómago, harto de sufrimientos pasados.  Pero era imposible sentir ningún rencor por ella, era tan fuerte su amor y ella tan comprensiva y complaciente, que se imaginaba como enterraba su recuerdo metido en un ataúd a 2 metros de profundidad (1),  él  nunca se rendía y con la esperanza de hacer realidad sus sueños algún remoto día,  le había insertado un tubito de goma de doble conducto:  para permitirle respirar y a la vez enviándole agua vitaminada que le sirviera de alimento, y hacer posible así  volver a abrazarla , y besarla y tenerla.

Se sentía algo cansado de vivir atormentado por sus nervios indomables, no le importaba morir. Su intenso pasado lo cubría todo, no creía en el futuro, sin vacuna  y en medio de un país en llamas, le daba igual todo, sólo le mantenía en vida la visión de sus bellísimas hijas. Cómo podría ser capaz de acabar para siempre y dejarlas con un trauma tan grande. Imbécil. Hijo de puta. Imposible.  

M.  se distrajo con su manual de auto ayuda, de invención propia, y recordó aquel encuentro imaginado – con lo tímido que era… - con aquella mujer argentina de cuerpo escultural que abordó en la piscina, compartiendo carril. Primero le sonrió alabando su estilo de nadadora de crol.  ¡Pareces Esther Williams, vaya estilazo….¡ . Ella al principio se hizo la sorda, o bien sus tapones le impedían oírlo, tras tres largos más, reposó, y en cinco segundos, él  emergió cual un pez espada de debajo del agua. ¿Casada, divorciada, soltera, tendencias?. Te lo pregunto así cariño mío, porqué el tiempo es ,hoy más que nunca, oro, oro, la medalla que te pondría en tu cuello de cisne… – dijo mordiéndose su labio inferior como sólo él sabía hacer - .  Su única respuesta fue una risa estrepitosa a la vista de todos. Sabé… eres rabiosamente pijo y atractivo vos. Y entonces ya lanzado deslizó lentamente  su mano hacia sus piernas de gacela , acariciando rozándola su perfecto culito.. Nunca se había cambiado de ropa tan y tan rápido. Era tal su deseo que se olvidó de quitarse el bañador, con lo que al salir a la calle parecía que se había meado encima. Antes, ella le dio su dirección, justo al lado del aquel Gym amoroso sito en el uniforme como cajas rectangulares del aburrido Eixample de Barcelona, y raudo y veloz corrió hacia ella. Del resto ya se lo pueden imaginar.

Parece mentira como un recuerdo puede llegar a solapar a otro. La vida es así, sólo para algunos afortunados, y MARIMÓN en aquel momento se sentía desnudo ante sí mismo.

Granollers , una tarde de marzo de 2021

                                               CONTINUARÁ 

1- ver serie de Netflix The Sinner