EL DESGRACIADO
Mañana voy a organizar una cena con mis amigos para celebrarlo, y así la noche siguiente ocupaban una mesa en el Restaurante PALERMO, que frecuentaba desde hacía muchísimos años, estaba justo al lado del ICAB, Mallorca con Roger de Lauria, y donde se comía estupendamente a un precio justo teniendo en cuenta que la carne y el pescado eran frescos y su pastel de queso era legendario.
Había pactado con Carlos, el dueño del
local, un menú a 30.-€ por cabeza, y pidió que se sirviera un tinto de una
cooperativa de Cariñena que servían helado, que él lo combinaba con gaseosa. No
faltó nadie. Por la tarde había preparado un pequeño discurso que consistió en
frases sueltas de los pensamientos de MARCO AURELIO en sus “Meditaciones”, con
alguna nota humorística de su cosecha.
Recibió regalos de sus amigos y efusivas felicitaciones por haber sido
nombrado técnico jurista en una Sociedad Municipal del Ayuntamiento de
Esplugues de Llobregat.
Estaba buscando piso para por la
zona para evitar desplazarse cada día desde Barcelona.
Avisó a sus amigos que las copas
extras iban a su cargo, lo que todo comprendieron, Luís no bebía alcohol,
excepto un poco de vino con gaseosa y alguna cerveza al terminar su trabajo,
que le servía para relajarse.
Aquel día luís se excedió con el vino y tras despedirse de todos notó que estaba algo ebrio por lo que decidió ir andando hasta su casa, estaba exultante y hablaba solo por la calle profiriendo frases inclasificables. A su edad decía lo que le daba la gana. Se sentó en un banco de la Diagonal y encendió un cohíbas que le había obsequiado un amigo. Se sentía el rey del mundo y con el puro hacía gestos como los de los gánsteres de las pelis en blanco y negro de los años cuarenta del siglo pasado. Estaba borracho perdido, y la mezcla del vino con los antidepresivos acentuaba este estado.
Se
levantó como pudo mordiendo el habano para buscar un taxi, y justo entonces al
cruzar la acera lateral de la Avenida se desprendió una losa gigante de un
viejo edificio noble y le destrozó el cráneo. Muerte instantánea.
Su entierro fue multitudinario, y
su hermano cumplió con su deseo de que dentro de la caja mortuoria le pusieran
un puro apagado. Aquella fue la última imagen de Luís antes de ser enterrado
seis metros bajo tierra.
El emperador y filósofo MARCO AURELIO 121-180 dc.
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