EL ESTOICO
EL
ESTOICO
En el buen sentido de la palabra, se podría decir que MELCHOR era un hombre
raro, anacrónico, extemporáneo, singular,
divertido , le gustaba sorprender a sus amigos de toda
la vida, presentándose con una barba o un bigote postizo, disfrazándose de mafioso de los años
40 del siglo pasado, engominado y con brillantina sobre los cuatro cabellos que
aún conservaba, con un fino bigote postizo imitando a su ídolo MARLON BRANDO
“EL PADRINO” , como le llamaba, su cuello envuelto con su foulard rojo chillón
que daba brillo a su rostro y combinaba a la perfección con su traje negro
cruzado con líneas blancas, sus zapatos blancos deslumbrantes , y su abrigo gris de lana inglesa con una solapa de
piel de foca, la culminación era su espectacular sombrero negro BRIXTON, con
una plumita en su costado .
Alto y
delgado, era un gran nadador , cada año participaba
en la carrera de Navidad en el Puerto de Barcelona, de joven logró la
proeza de nadar los 206 kilómetros desde Barcelona hasta Mallorca con un
pequeño barco de apoyo.
Cuando ya alcanzaba
la Costa Este mallorquina, vislumbrando el Puerto de Soller, tuvo la desgracia que una tintorera le arrancara de un mordisco
dos dedos de su pie izquierdo y pese a
ello aguantó el dolor y logró su
objetivo, desde Soller lo trasladaron en ambulancia al Hospital de Son Espases
de Palma de Mallorca, había perdido mucha sangre. Tuvo suerte de recibir una
primera cura del sanitario de la Ambulancia para parar la hemorragia. No se
quejó en ningún momento, aguantó el dolor estoicamente.
MELCHOR era un gran hombre. De su rostro destacaban dos grandes orejas, una nariz larga y fina como un lápiz y una mirada profunda que podía
llegar a hipnotizar a la gente, tenía una discurso muy convincente, siempre con
un Montecristo apagado en la boca , que mordía todo el día, y que encendía cuando le daba la gana, le gustaba
provocar y fumaba tranquilamente en sitios muy concurridos, un día haciendo
cola para entrar en el cine una mujer enorme le recriminó gritándole que el
humo del puro la molestaba y le ordenó que apagara su puro, que el tabaco
también perjudicaba a los fumadores
pasivos, y él, sin perder la compostura, la miró
sonriendo de arriba abajo durante unos largos segundos sin dejar de fumar su
puro y simplemente dijo: Señora debo decirle tres cosas, primera: no tiene educación, las cosas se piden por favor; segunda: sepa
que no está prohibido fumar en espacios abiertos, y tercera y última: con todos mis respetos le digo si a usted le
desagrada el olor de un buen habano a mí me asfixia su perfume empalagoso, sepa que es usted una
de las mujeres más feas que he visto en mi vida. La mujer profirió un chillido
que parecía una sirena de un camión de Bomberos, y se largó rápidamente refunfuñando, maldicéndole. Le gustaba explicar esta anécdota a sus amigos para divertirlos.
Al cumplir treinta años, falleció su padre y pasó a
dirigir su empresa familiar, distribuidora
exclusiva en España de género de alta costura de algunas de las mejores marcas de París y Milán, se le
consideraba el líder indiscutible. Su
padre, el Señor RAMÓN COSTACALENTA era todo un señor de Barcelona, que al
enviudar se instaló en la torre de su antigua mansión familiar , vivía como un eremita, lejos
del mundanal ruido, fue un reputado Catedrático de historia antigua de la
Universidad de Barcelona, el antiguo
Egipto, los Mesopotámicos, la Grecia y la Roma clásicas. Era un Estoico
convencido, y pese a ser premiado por la
Real Academia, nunca acudió a los actos de entrega de los galardones, siempre
encontraba una excusa, en su vida diaria cumplía a
rajatabla con los principios de los primeros estoicos, predicando con el
ejemplo, y se pasaba el día encerrado en su torre, únicamente cada
día al amanecer daba un largo paseo por el bello bosque que conocía desde que era niño.
Con él vivía su asistenta llamada ROSITA LA CANTAORA,
en una habitación de la primera planta, que había llegado a ser una famosa
corista en los Teatros del Paralelo y acabó siendo una prostituta del Barrio
Chino, hasta que fue acogida por el Sr.
Ramón, al parecer habían sido amantes, y supo de ella gracias a un amigo anticuario
de la Calle Hospital. ROSITA cuidaba de la aquella enorme casa y de la comida, mientras el Sr. Ramón
estudiaba y estudiaba antiguos volúmenes valiosísimos que había ido adquiriendo
en subastas en el extranjero . y cubierto con una manta escribía para él mismo, sin importarle el éxito ni lo
que opinen los demás, años antes de su
retiro creó una Fundación filantrópica para
ayudar a personas sin recursos.
MELCHOR heredó muchos aspectos de su personalidad,
su padre le había dictado una máxima que nunca
olvidaría: cuando una oveja negra hace las paces con su rareza lidera el
rebaño. Debes saber cómo cultivar tus
defectos, será aquello que más envidiarán tus enemigos que no piensan, sólo
copian y obedecen, como estos malditos robots. No son más que autómatas, engreídos, ignorantes y
aburridos.
Para ello utilizaba su discurso empático, predicaba que la conexión entre la justicia y la equidad eran las guías de la empresa. Hombre muy generoso con los que le
seguían. Lo que no toleraba era el engaño y la traición. Por ello él mismo
había seleccionado a sus empleados, le bastaban unos segundos viendo sus miradas y sus primeras palabras para saber si el
candidato era la persona adecuada.
La secretaria de su padre Doña MANOLITA, una mujer
con una inteligencia extraordinaria, que llegó a presidir la Escuela de Música
del Liceo de Barcelona, siguió a su lado hasta que falleció en un absurdo
accidente al resbalar con una piel de plátano que la hizo caer golpeándose la
cabeza en un pontón de piedra, justo enfrente del Mercado de la Boquería.
Toda su plantilla formada por doce personas eran
como hijos para él, por ello dejó establecido en su testamento que cuando faltara,
la empresa pasaría a manos de sus
empleados.
Al cumplir los 4o años, comenzó a perder pelo y decidió ponerse un peluquín, y los regalaba a quienes se lo pedían, así nadie se mofaba de nadie, tenía una colección de peluquines de todas las tallas y colores que habían pertenecido a miembros de la nobleza francesa , y que tenía expuestos en una vitrina de su casa, era un espectáculo digno de ser visto.
Años antes, recién pasada la cincuentena, ocurrió algo inesperado e inexplicable, que
se llevó consigo a su tumba, y que lo
transformó en otro hombre, vendió su empresa a sus empleados por un precio
justo – muchos amigos le reprocharon que podía haberla vendido por el doble de
lo que obtuvo - , la decisión está tomada, no quiero oír nada más de la
fábrica, a ti Jorge te he nombrado abogado vitalicio de la empresa y de la Fundación de mi padre, no lo cuentes a nadie del grupo, serás mi
único canal de conexión, no toleraría que se manche el buen nombre de mi
familia.
Pocos días después, convocó a todo el grupo de
amigos, invitándolos a cenar como siempre en el RESTAURANTE PALERMO . Estuvo
callado durante toda la cena, algo inaudito para sus amigos, acostumbrados a conversar, y
a escuchar sus anécdotas que tanto jolgorio les causaban.
En el momento de los cafés, pidió la palabra
haciendo sonar su copa con su cuchara , se levantó ceremoniosamente y dijo:
-Queridos amigos, en primer lugar os agradezco mucho
vuestra presencia, os he convocado a esta cena para comunicaros que en un par
de semanas marcho a vivir a un refugio cercano al Monte perdido, cerca de
Ordesa, y no sé si me volveréis a ver, os deseo mucha suerte a todos vosotros y
vuestras familias. Gracias. – todos se miraban asombrados, se hizo un
largo silencio - que interrumpió el camarero cuando les entregó
la carta de postres. -
Por último, os digo que no estaré localizable, sin teléfono móvil . En cualquier caso si deseo
hablar con alguno de vosotros os llamaré yo mismo. No me gustan las despedidas
largas así que buenas noches me voy a casa.
Y así despareció del mapa durante unos dos años, Una
semana después, con el equipaje imprescindible, y una caja repleta de libros,
partió hacia su nuevo destino: una cabaña perdida en el Pirineo de Huesca , siempre dejaba la puerta abierta. Una vez por
semana cogía su coche e iba a Ordesa a comprar sus provisiones. Pan, leche y manzanas. Fue como aprendió a
vivir como un auténtico estoico. Leyó
los “Pensamientos para uno mismo”, las “Meditaciones , soliloquios y
pensamientos humanos” de MARCO AURELIO, unos de los cinco grandes emperadores
de la Historia de Roma que gobernó el
imperio del año al año 161 al año 180 DC. Todas
las obras de SÉNECA (4 AL 65 DC): “La obra feliz”, “Cartas a Lucio” y “Brevedad
de la vida, el ocio y la felicidad”. También estudio la obra a MONTAIGNE, llegando a obsesionarlo su visión, colgó un retrato suyo, imaginándolo como
escribía en su torre del frío Castillo de Pèrigot cerca de Burdeos sus extraordinarios
107 ENSAYOS , la cumbre de humanismo moderno, escritos entre 1572 a 1592 , año
de su muerte, siempre bajo el lema “¿Quién soy yo”?.
Se pasaba horas
hablando con los pájaros, ¡ desconfiad
del ser humano ¡, les repetía las Máximas
de Marco Aurelio o fragmentos de la “Brevedad de la vida, el ocio y la
felicidad” de Séneca, sentado en un tronco a lado de un riachuelo, les tocaba la flauta que le había enseñado de niño Doña Manolita. Cada día
acudían más y más pájaros y otros animales del bosque, rebecos y cabras que
bajaban de los picos más altos del valle, ranas
y tritones del río, algún caballo salvaje despistado, parecía una escena
idílica, coloreada, como las de de Walt Disney en la
Cenicienta y los diez enanitos.
Todos los errores humanos son debidos a la
impaciencia, una interrupción de lo metódico.
Todos los pecados provienen de la indolencia, la falta de esfuerzo, la
pereza, la desidia. La fortuna favorece a los valientes, debéis saber cultivar
vuestros defectos, y será aquello que más envidien vuestros enemigos
replicantes, que no piensan, sólo copian y
obedecen como los borregos que sólo
repiten patrones y conductas como
autómatas, conformistas,
tradicionalistas y aburridos.
Para entretenerse, puso en el baúl de sus libros una
obra del contemporáneo JAMES SALTER , sus “Cuentos completos” (1995).
Sin saberlo había cometido un error fatal.
Poco a poco el espíritu de SALTER se apoderó de su consciencia, soñaba con poder volar, lanzar bombas desde el aire. Y un hecho ocurrido en la vida de SALTER lo trastornó: SALTER había quedado a cenar con su única hija, su gran amor.
Al ir a buscarla a la hora convenida, entró en la cabaña
adosada a la finca del escritor norteamericano, durante muchos años piloto de guerra de los EEUU, llamó a la puerta y nadie
respondió, se vio obligado a forzar la puerta y la encontró electrocutada en la
bañera. La policía no supo averiguar si se trataba de un suicidio o de un fatal
accidente doméstico. Lo que era innegable era que encontraron el secador del
pelo dentro de la bañera. SALTER falleció al cabo de dos años, atormentado por
aquella catástrofe inesperada.
Nunca explicó a nadie lo sucedido cuando regresó a Barcelona
al cabo de casi tres años.
Soltero empedernido, se instaló nuevamente en su grandioso piso de la Diagonal, jamás hacía ostentación de sus posesiones. Nadie le llamó estrafalario, improcedente o inadecuado. Seguía causando respeto. Cuando no se presentaba los martes, el día de la cena obligada del grupo , todos lo encontraban a faltar. Una cena sin Benito era como comer con agua. Pero últimamente no se presentaba sin avisar a nadie. Aún conservaba su teléfono móvil. Lo tiró por la borda un día que fueron a pescar a Arenys todo el grupo con su pequeño barco de pesca perfectamente acondicionado para navegar cerca de la costa ¡Se acabó¡ gritó cuando lanzó al mar su iphone de última generación. Esta mierda de aparatito es el inicio del fin del mundo, dijo Benito. ¡Es el demonio¡
Entró en su camarote y salió vestido con una túnica
blanca. Perteneció a los descendientes de Séneca – , se dirigió al auditorio con
todas las bocas abiertas. Y ahora
escucharme con atención, hizo servir a su ayudante un negroni a todos su
invitados que se sentaron en círculo a su alrededor. Os presento a Alberto, mi amigo a quien he
legado este barco. Debo deciros que me he convertido en un ferviente Estoico - ,
y os voy a leer las Máximas que nos dejó
el gran emperador MARCO AURELIO :
Debemos conseguir lograr un profundo
autoconocimiento de uno mismo. Aprender
a aceptar lo que te sucede, tener autoconfianza para que te reconozcan y te
valoren, comprende tus metas y tus valores, ser honestos con nosotros mismos,
aprender a crecer con un autoanálisis constante. Tener resilencia para
recuperarse lo antes posible de las adversidades, ello requiere un esfuerzo
enorme, pero podemos lograrlo. También debemos esforzarnos en poder controlar y
aceptar con serenidad lo que está fuera de nuestro control, hay situaciones en
las que no podemos hacer nada, ser pacientes y saber afrontarlas. Las obras estoicas
no son más que la búsqueda de una moral que proporcione la felicidad, y os digo que las emociones humanas están conectadas a la respiración, que como
sabéis se acelera o se relaja al ritmo que les marcan, pero yo os prometo que
podemos modificar nuestra forma respiración si seguís mis consejos. El éxito es algo inventado por quienes quieren
que dependas de ellos para alcanzarlo. Todo es ego.
En los últimos meses eran cada vez más frecuentes
sus ausencias. Se excusaba diciendo que se encontraba mal a causa de una extraña
enfermedad. En cuestión de semanas tuvo que ser asistido por una enfermera.
Finalmente un tal Dr. Melón (1) le diagnosticó que padecía esclerosis múltiple,
una enfermedad degenerativa del sistema inmunitario que le afectó a su médula
espinal y otras fibras nerviosas, aquel extraño médico le insistió muchísimo en que ingresara en su Clínica para los
cuidados paliativos sin dolor. Sr. Melchor lo lamento muchísimo, no creo que pasen más de dos años de vida normal, le sugiero que se ingrese en mi hospital donde nunca no sufrirá dolor y podrá volar como un ángel para ver a nuestro Señor Jesucristo. Melchor se negó en redondo, no le gustaba nada aquel tipo. Nada. Jamás explicó a
nadie todo lo de la consulta y el diagnóstico.
Unas semanas después, cenando, sorprendió a todo el mundo sacando un revolver. ¡Aquí estoy¡, ¿Os sorprendo? , Jorge
no se lo podía creer. ¿Seguro que está vacía?. ¿Ya tienes permiso de armas?.
Sólo tengo una bala en mi bolsillo que depositó de un golpe encima de
la mesa. ¿Os atrevéis a jugar a la ruleta rusa?. El resto del grupo lo formaban
Carlos, Luís. Alberto, Eduardo, Juanito y Nicolás. Mejor no hagamos locuras…imagínate que funciona y mata a alguno de nosotros. Qué
haríamos. Qué pasaría. La policía interrogando, ambulancias,
enfermeros. ¡Qué les decimos a nuestras mujeres’. No os parece ridículo
terminar esta noche de invierno de esta forma. ¡A callar¡. ¡Silencio¡. Su
rostro había cambiado por completo. ¡Era
un doble de Marlon Brando ya decrépito ¡.
Sin decir
palabra, introdujo la bala en el cargador, lo volteó y acercó el cañón a su sien. ¡Lo de la
respiración es una patraña¡. ¡Me
engañaron¡. Fueron las últimas frases
que pronunció. Todo el mundo quedó
petrificado. No se le podía llevar la contraria, cuando se comportaba de
aquella forma, era como si estuviera levitando, y daba miedo.
Uno, dos y
tres, disparó y su cráneo se partió dejando fragmentos de su cerebro por todo el local como recuerdo. En su lápida dejó inscrito : “Aquí murió Melchor , rogamos un respeto hacia
su alma. Era el más grande, pero nadie lo entendía” . A lado colgaba una gran fotografía de un
joven Marlon Brando en “Un tranvía llamado deseo”.
Años después la prensa publicó los horrores
cometidos por el Dr. Melón, sus métodos, el sótano del terror , y muchos se
preguntaron si a Melchor le había expedido un diagnóstico falso de esclerosis múltiple incurable.
(1) ver en este blog EL DOCTOR MELÓN primera y segunda parte.
FIN
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